¿Qué es una casa pasiva?

Passivhaus, el estándar más alto de calidad
Una casa pasiva es una vivienda proyectada y construida bajo los estándares Passivhaus de forma en que se garantiza un pleno confort interior en la vivienda. Y esto es posible gracias a un estándar de calidad muy alto en la construcción y una ejecución de obra minuciosa para garantizar que la vivienda presente una alta eficiencia energética. Una casa pasiva se diferencia de una vivienda tradicional en su mejor comportamiento y consumo ante las condiciones climáticas exteriores. Necesitando menos energía, suponiendo un ahorro económico y garantizando condiciones de confort en el día a día. Y esto se consigue principalmente gracias a conceptos como el aislamiento, la hermeticidad y la ausencia de puentes térmicos.
Una Casa Pasiva es Calidad de Vida
Todos esos factores hacen que la demanda de energía de la vivienda sea muy baja. Es decir, que nuestra casa pasiva necesite muy poco aporte de energía externa para llegar a temperatura de confort, y esto implica que el consumo posterior sea mínimo. Aunque cuando hablamos de aislamiento nos referimos principalmente al térmico, todas estos principios de la casa pasiva se traducen en un mejor aislamiento acústico respecto al exterior de la vivienda. Además, el hecho de que la vivienda sea estanca al aire y la ventilación sea mecánica y eficiente por el uso del recuperador de calor, garantiza que el aire entrante en nuestra vivienda esté siempre filtrado. Y por eso podemos decir que en una casa pasiva la calidad del aire de nuestra vivienda es mejor que en una casa convencional.
Pero por encima de todo, Passivhaus es calidad de vida.
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¿Qué es una casa pasiva?
Una casa pasiva es una vivienda proyectada y construida bajo los estándares Passivhaus de forma en que se garantiza un pleno confort interior en la vivienda. Y esto es posible gracias a un estándar de calidad muy alto en la construcción y una ejecución de obra minuciosa para garantizar que la vivienda presente una alta eficiencia energética. Una casa pasiva se diferencia de una vivienda tradicional en su mejor comportamiento y consumo ante las condiciones climáticas exteriores. Necesitando menos energía, suponiendo un ahorro económico y garantizando condiciones de confort en el día a día. Y esto se consigue principalmente gracias a conceptos como el aislamiento, la hermeticidad y la ausencia de puentes térmicos.
Todos esos factores hacen que la demanda de energía de la vivienda sea muy baja. Es decir, que nuestra casa pasiva necesite muy poco aporte de energía externa para llegar a temperatura de confort, y esto implica que el consumo posterior sea mínimo. Aunque cuando hablamos de aislamiento nos referimos principalmente al térmico, todas estos principios de la casa pasiva se traducen en un mejor aislamiento acústico respecto al exterior de la vivienda. Además, el hecho de que la vivienda sea estanca al aire y la ventilación sea mecánica y eficiente por el uso del recuperador de calor, garantiza que el aire entrante en nuestra vivienda esté siempre filtrado. Y por eso podemos decir que en una casa pasiva la calidad del aire de nuestra vivienda es mejor que en una casa convencional.
Principios de las casas pasivas
Pero el éxito de este tipo de construcción, de alta calidad y eficiencia energética, radica en que todo es medible y cuantificable, y por ello se pueden garantizar las condiciones de confort en una casa pasiva o passivhaus. Y es que proyectar y construir una vivienda passivhaus no es cuestión de magia ni aletoriedad ya que sus principios son muy claros y concisos. Y tener la capacidad técnica y la experiencia adecuada garantiza el éxito en el resultado final.
Los principios de toda casa pasiva son:

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Aislamiento térmico (y acústico) de la envolvente de la vivienda.
Dependiendo del sistema constructivo, en hormigón, madera, mixta… se materializa de una u otra forma, pero en cualquier caso han de plantearse soluciones constructivas con gran aislamiento térmico para obtener buenos valores de transmitancia en los cerramientos, cubierta, forjados… que garantice una baja demanda energética en nuestra casa pasiva y por tanto resulte en una temperatura de confort constante y con un grado de humedad óptimo en el interior de la vivienda.
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Carpinterías de altas prestaciones energéticas.
Al igual que con el aislamiento en las partes ciegas de la envolvente de nuestra casa pasiva, las carpinterías, es decir, las ventanas y la puerta de entrada han de tener altas prestaciones energéticas. Con valores de transmitancia en marco y vidrio muy bajos, además de buenos valores de hermeticidad en su perímetro. Que principalmente vienen dados por una correcta y concienzuda colocación, mediante unas cintas y sellados especiales.
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Eliminar los puentes térmicos de la vivienda.
Es una cuestión que se resuelve desde fase de proyecto, atendiendo a las zonas y encuentros en la vivienda que por su configuración y diseño, tienen mayor afección negativa en el comportamiento energético de la casa pasiva. Y por tanto en el confort interior. Encuentros de forjados con cerramientos, de elementos como carpinterías con la fachada, elementos estructurales, principalmente si son metálicos… De ahí que sea fundamental un apropiado proyecto de casa pasiva en el que se estudien estos detalles constructivos de una forma exhaustiva. Así se minimiza la presencia y efectos de los puentes térmicos en la envolvente de nuestra passivhaus.
Una vivienda passivhaus libre de puentes térmicos por su concepción formal mejorará su aislamiento y hermeticidad sin necesidad directa de soluciones materiales concretas,. Únicamente por su concepción formal y estructural, lo que hace hincapié en la importancia de la formación específica y la solvencia técnica exigible para el correcto diseño de las casas pasivas y la garantía de su resultado.

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Hermeticidad o estanqueidad al aire.
La hermeticidad supone controlar todos los encuentros entre diferentes materiales, soluciones y encuentros constructivos. Haciendo que el intercambio de aire entre el interior y exterior sea el mínimo posible, minimizando los puntos de pérdida energética de la vivienda. De esta manera la renovación de aire de forma involuntaria será la mínima posible y se resolverá después hasta la necesaria de forma mécanica y consciente mediante el uso del recuperador de calor.
Todos estos conceptos que se describen de forma aislada, realmente están conectados y es que la estanqueidad al aire hace que se multiplique el resultado del aislamiento dispuesto. Hay muchos estudios sobre la incidencia de la hermeticidad en el aislamiento y por eso resulta incomprensible que a día de hoy se hable tan poco de ella en normativa.
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Ventilación mecánica y eficiente mediante recuperación de calor.
El paso siguiente y necesario en una casa pasiva a la hermeticidad (medida pasiva) cuando hablamos de instalaciones (medida activa) en una casa pasiva. Permite renovar el aire viciado del interior intercambiándolo con el del exterior. De forma medida, continua las 24 horas del día, eficiente energéticamente y además, mediante una serie de filtros, permite incluso que todo el aire que entra en nuestra vivienda esté siempre filtrado. Minimizando así la cantidad de alérgenos, polen e incluso polución en el aire interior que se respira dentro de nuestra casa pasiva.
Todos estos principios van enfocados hacia el objetivo único de una casa pasiva, por encima incluso de la sostenibilidad y la eficiencia energética. El confort. La suma del aislamiento térmico y acústico, el aire filtrado, la hermeticidad, las carpinterías e instalaciones de alta eficiencia, todo estos parámetros que hemos descrito brevemente contribuyen a mejorar el confort interior. La sensación plena de encontrarse a gusto en casa.
Estándar Passivhaus
El estándar Passivhaus es una forma de cuantificar cómo de eficiente es nuestra casa pasiva. De forma precisa y exhaustiva, de forma que solo si cumple con una serie de características exigidas por el Passivhaus Institut Alemán en fase de diseño, de ejecución de obra y después una vez acabada, este organismo emite un certificado Passivhaus. Lo que avala todo el trabajo previo y supone por tanto una garantía para nuestra casa pasiva.
Cuando queremos construirnos una casa, es lógico querer que la vivienda se construya de la mejor manera para que dentro se esté lo mejor posible en nuestro día a día. Y encima el consumo em facturas de mantener la casa en temperatura de confort sea lo más ajustado posible.


El mínimo en la calidad de construcción siempre lo marca la normativa existente (Código Técnico de la construcción y ordenanzas municipales en los casos en que son más restrictivas). Pero más allá de eso y en cuanto se quiere construir mejor, se deja a criterio del equipo técnico (arquitecto) a cargo del proyecto o incluso de la experiencia de la empresa constructora en fase de obra. Siempre en función claro de la economía de la que se dispone para mejorar las prestaciones de la vivienda.
Pero no dejaba de ser un tanto ambiguo y por supuesto difícilmente medible y por tanto replicable. Y aquí es donde encontramos la razón del éxito de estándares en la construcción como el Passivhaus para el diseño y construcción de las casas pasivas.
Porque las medidas de mejora han de ser estudiadas en fase de proyecto. Es decir, analizadas, medidas y cuantificadas, y por supuesto controladas y comprobadas luego en fase de ejecución, durante la construcción de la casa pasiva. Y esto es garantía para todos los agentes implicados, promotor, arquitectos y constructora. Ya no se habla de gran aislamiento en términos generalistas, sino que debe hablarse de valores de transmitancia para cada uno de los cerramientos o elementos constructivos que intervienen.
No solo se habla de estanqueidad al aire sino de renovaciones hora, y de cómo se consigue ese resultado cuidando cada uno de los encuentros de la vivienda. Incluso parámetros como los puentes térmicos, muchas veces difíciles de precisar, han de calcularse.
Y el resultado no es solo una casa que consume poco. El resultado es una casa que tiene una demanda muy baja pero concreta, de x kWh/m2/año lo que se ha podido calcular y medir. Y esta es la única forma de saber exactamente qué se ha comprado y tener una garantía sobre el resultado. Ahí radica la importancia de la certificación Passivhaus de nuestras casas pasivas frente al concepto más vago de casas con criterios passivhaus.
Precios de las casas pasivas
Se podría sintetizar que las casas pasivas son viviendas construidas mediante estándares muy altos de calidad y eficiencia energética que garantizan un bajo consumo y un alto confort para quienes la habitan. ¿Pero cuánto cuesta una casa pasiva?, ¿Cuál es el sobrecoste de hacer una vivienda Passivhaus?
Realmente hablamos de una diferencia del 15%-20% de construir una casa pasiva frente a una vivienda tradicional mediante código técnico. Y esa diferencia radica principalmente en el plus de calidad de las carpinterías (ventanas y puerta de entrada) . Además del extra de aislamiento que ha de colocarse, junto con medidas como la hermeticidad.
Pero más que un coste ha de verse como una inversión que se rentabiliza en un umbral de tiempo bastante corto en el caso de viviendas de primera ocupación. Cuando una vivienda es la habitual, el consumo mensual en Agua Caliente Sanitaria (ACS) y climatización (calefacción y refrigeración) acaba por hacer buena la inversión en una casa pasiva en un menor periodo de tiempo. Y dependiendo de la vivienda quizás en 5-10 años haya compensado ese extra de inversión inicial. Además en el caso de que la vivienda tenga planteada una solución con placas fotovoltaicas e incluso baterías de acumulación, entramos a valorar una mejora en los consumos eléctricos generales.
De forma paralela por supuesto está el confort. Que por hablar de un tema meramente económico lo estamos dejando de lado pero que en una casa pasiva, con temperatura constante de confort y aire filtrado las 24 horas, hace que la diferencia con una vivienda tradicional sea muy relevante.

Dudas sobre el estándar Passivhaus
Una casa pasiva es aquella vivienda que por su configuración (proyecto y construcción), tiene una demanda energética muy baja, lo que hace que además de necesitar muy poco consumo de energía, garantice unas condiciones de higiene y calidad de vida óptimas.
Para el estándar Passivhaus, y de forma oficial, una vivienda Passive House o casa pasiva es aquella casa que puede garantizar el confort climático. Suministrando la energía para calefacción y/o refrigeración solamente a través del aire de la ventilación. Además, este caudal de ventilación debe ser el mínimo para poder garantizar la higiene en las estancias interiores. Concretamente en uso residencial son 30 m3/h.
En cualquier caso, una vivienda passivahaus es una vivienda bien construida, bien aislada. Que necesita muy poca energía para ser vivida, y que mediante su configuración, garantiza unas condiciones de confort, térmico y acústico, que mejoran la calidad de vida de quienes la habitan.
La casa pasiva, para ser passivhaus, debe tener un aislamiento y un control de la estanqueidad que ya por sí misma garantizan que la casa ha sido construida con un estándar muy alto de calidad. Lo que siempre es sinónimo de buen hacer.
Además de eso, y en consecuencia, ese gran aislamiento hace que la demanda de energía, y con ello el consumo posterior sea mínimo. Hablamos de aislamiento térmico pero lo mismo se traduce en un aislamiento acústico respecto al exterior de la vivienda. Además, ya que la construcción es estanca al aire y la ventilación es mecánica y el intercambio de interior – exterior se realiza de forma eficiente gracias al recuperador de calor, queda garantizado que el aire entrante en nuestra vivienda está filtrado. Y por eso podemos decir que en una passivhaus la calidad del aire de nuestra vivienda es mejor que en una casa tradicional.
Al final, una casa pasiva no solo presenta beneficios por el ahorro energético y económico que supone, sino que también presenta beneficios en el confort. Y la calidad de vida de quienes la habitan.
La pregunta es un poco ambigua porque deja en el aire muchas cuestiones a tener en cuenta para saber de forma precisa el coste de una casa pasiva frente a una casa tradicional. Pero a igualdad de m2, forma de la casa… es cierto que el coste inicial de las obras es más elevado en una Passivhaus, porque al final la contrucción de esa vivienda es mejor (no hablamos de acabados sino de la solución constructiva). La casa pasiva presenta un mayor aislamiento, con unas carpinterías mejores y más estancas, y eso hace que los costes iniciales sean mayores.
Pero también es cierto que para esta comparación de costes entre una casa pasiva y una vivienda convencional, habría que tener en cuenta también el ahorro en el funcionamiento de la vivienda a lo largo de su vida útil. Y no solo el total de lo invertido inicialmente. La demanda de energía es mucho menor en una casa pasiva, y esto hace que se empiece a amortizar la inversión desde el primer momento de la vivienda.
En una vivienda pasiva apenas se enciende la calefacción y el aire acondicionado durante todo el año, y cuando se necesita algo de energía, ésta se consigue de forma muy eficiente, lo que supone un ahorro energético muy importante en comparación con el mantenimiento de una vivienda convencional. Dependiendo de la vivienda y las instalaciones, podemos hablar de un ahorro del 90% de la energía que se necesitaría en una vivienda tradicional.
Ya hemos hablado de los beneficios de una passivhaus hablando de demanda energética y consumo. Pero además de todo esto y por otro lado, el que la construcción sea estanca y que la ventilación sea mecánica por medio de un recuperado de calor, garantiza que el aire que entra en la vivienda esté filtrado, y por tanto podamos mejorar la calidad del aire de nuestra vivienda.
Además y relacionado con esta cuestión, para las personas alérgicas al polen, que el aire sea filtrado resulta fundamental y permite reducir al mínimo la exposición a los alérgenos dentro de la vivienda, que es donde pasamos mucho tiempo de nuestra vida, especialmente reposando y durante el tiempo de sueño.
Por otra parte, los filtro que posee el recuperador de aire, que hace que el aire que entra en la vivienda pasiva se encuentre ya filtrado, también reduce la cantidad de polvo que entra a nuestra casa. Por eso mismo también las personas alérgicas a los ácaros se verán beneficiadas por vivir en una casa pasiva.
Cuando hablamos de una passivhaus hablamos de una casa pasiva, muy eficiente energéticamente y que además es hermética al aire. De forma que todo paso de aire del interior al exterior y al revés está controlado mediante un recuperador de calor. Por eso mismo, muchas veces surge la misma duda, ¿entonces podré abrir las ventanas de mi passivhaus?
En primer lugar, sí. Por normativa se está obligado a que las ventanas se puedan abrir y lo lógico y razonable es que sea el propio usuario el que haga un uso personalizado de sus ventanas. Conforme uno se habitúa a vivir en este tipo de casas, se va dando cuenta de la necesidad o no de abrir las ventanas.
Muchas veces se querrá abrir una ventana o balconera para poder salir al exterior, disfrutar del aire fresco o simplemente disfrutar del espacio exterior. Por supuesto, ¡adelante! tu passivhaus está hecha para disfrutar, faltaría más.
En cambio, hay otras veces que el uso habitual de apertura de una ventana viene dado por la necesidad de ventilar un espacio interior de la vivienda, para renovar el aire. En este caso, y en una passive house, la ventilación se realiza mecánicamente, de forma eficiente por el recuperador de calor. Y constantemente, por lo que no es necesario hacerlo de forma manual. Pero esto forma parte del proceso de adaptación a vivir en una passivhaus, y es normal que al principio se tengan dudas.
Además, en climas cálidos en verano, y para evitar sobrecalentamiento, una práctica habitual y favorable es el free cooling. Que no es otra cosa que abrir las ventanas durante la noche, dejando escapar el aire caliente del interior y renovándolo por uno más fresco. Este es un proceso gratuito y sencillo que ayuda al recuperador de calor a bajar la temperatura interior en esas situaciones puntuales a lo largo del año.
En primer lugar, hay una cosa que aclarar porque es fundamental. En una passivhaus, por mucho que se ahorre en el consumo de energía por ser una construcción muy eficiente, esto no implica que se deba renunciar al confort térmico en el interior de la vivienda. Una casa pasiva es eficiencia pero sobre todo es confort y calidad de vida.
Dicho esto, ¿es posible tener una casa pasiva sin calefacción? Sí, pero. Porque para ser justos, hay que tener toda la información y conocer todas las circunstancias y condicionantes. En primer lugar hay que tener en cuenta el clima donde se implanta nuestra passivhaus. Por ejemplo, en la mayor parte de localizaciones posibles de España, es totalmente viable construir una vivienda pasiva sin calefacción, utilizando exclusivamente el recuperador de calor como medio de atemperar el aire que entra a la vivienda.
Estamos en una zona climática donde se pueden aprovechar muy fácilmente las ganancias solares (orientación este y sobre todo sur) durante el invierno. Eso sí, protegiéndose mediante vuelos para el verano. Y por tanto podríamos afirmar que no sería necesario ningún sistema activo adicional para generar calor (caldera de gas, estufa, radiadores, suelo radiante…). El problema en estas zonas viene más en verano, por el sobrecalentamiento. Donde el sistema del recuperador de calor hay días en los que no se basta por sí mismo y necesita un pequeño aporte de refrigeración o un uso frecuente del free-cooling (ventilación manual durante la noche).
Pero lo dicho, en nuestro clima, y contando con una passivhaus bien diseñada e implantada en su entorno, sería posible vivir en unas condiciones óptimas de confort térmico. Sin necesidad de calefacción más allá del recuperador de calor de alta eficiencia.
Por supuesto que se puede construir una casa pasiva ecológica. En Beamonte y Vallejo Arquitectos, como estudio de arquitectura eficiente, estamos siempre buscando alternativas y nuevas soluciones técnicas (que muchas veces son las tradicionales reinterpretadas) para hacer un uso más racional de los recursos disponibles. Y buscar así arquitecturas más sostenibles como forma de responsabilidad social.
Entendemos que la casa pasiva ecológica es un paso más de la casa pasiva o passivhaus. Consiguiendo los mismos resultados energéticos y de confort térmico y acústico, solo que además utilizando únicamente materiales reciclados o sin procedimientos químicos. El problema es que hoy en día no es tan sencillo acceder a estos materiales siempre, o al menos para toda la casa.
En Beamonte y Vallejo Arquitectos somos partidarios por ejemplo de proponer sistemas constructivos de entramado ligero de madera, como alternativa a la termoarcilla. Y ya es un gran paso, pero luego nos encontramos con materiales, quizás más auxiliares, que complican más la cuestión. Por ejemplo, en lugar de proponer aislamientos de EPS, muchas veces pensamos en aislamientos de fibra de madera. Pero en este caso el problema viene, más allá del precio, en que para traer este material, que no es de proximidad, al menos en esta zona, generamos una huella ecológica. Principalmente en el transporte, que nos hace plantearnos si el esfuerzo llega a compensar.
Otras veces la cuestión es puramente económica, como por ejemplo sucede con las ventanas, cuando se plantean carpinterías en madera, más ecológicas que las carpinterías de PVC. Pero con un precio bastante mayor.
El propio Passivhaus Institut no exige en la certificación Passive House la cuestión ecológica de los materiales, porque ellos mismos son conscientes de que el estándar passivhaus debe ser extensible a la mayor cantidad posible de viviendas. Y exigir ese plus económico iría en contra de la propia idea de globalizar el estándar.
Dicho esto y para quienes creemos que este esfuerzo merece la pena, existen muchas alternativas y soluciones para construir una vivienda pasiva y además ecológica.
Sí, por supuesto. Dentro del estándar Passivhaus existe el concepto Enerphit, que es la adaptación del estándar a casos de rehabilitación, en lugar de obra nueva. Digamos que son los mismos conceptos pero con requerimientos numéricos algo más laxos entendiendo la dificultad que presenta rehabilitar frente a construir de cero. Ya que hay aspectos donde no podremos intervenir, y por ello resulta imposible conseguir los mismos resultados que si concebimos una vivienda desde el primer momento como casa pasiva.
Dicho esto, se pueden aplicar los mismos conceptos. En primer lugar, trabajar la envolvente, desde el exterior, aislando fachada y cubierta, al menos, siendo interesante incluso aislar el frente de la cimentación mediante zanja perimetral. Así trataríamos de disminuir la presencia de puentes térmicos y aprovecharíamos para cambiar carpinterías. También podríamos crear la capa hermética desde el interior mediante cámara técnica. De esta manera podríamos renovar las instalaciones mediante la instalación principal de un recuperador de calor.
Aspectos como la orientación son difíciles de modificar en una construcción ya levantada, salvo que se estudie el cerrar unos huecos y abrir otros, pero eso dificulta la relación con la distribución interior de la futura vivienda pasiva si esta no se modifica. Otra opción es adecuar los huecos existentes según orientación a la protección solar que requieran. Por ejemplo, si tenemos un gran hueco a sur, sin proteger, sería interesante plantear algún tipo de porche para proteger de una excesiva radiación en verano.
Además, es importante saber que en una vivienda unifamiliar, al poder contar con toda la envolvente para trabajar, es más sencillo y posible llegar a rehabilitar energéticamente la casa y conseguir alcanzar el estándar passivhaus en rehabilitación que en casos de viviendas dentro de edificios.
Por eso si se dispone de una vivienda unifamiliar y se quiere reformar/rehabilitar para conseguir una mejora en la eficiencia energética, además de todo el confort térmico y acústico, en Beamonte y Vallejo Arquitectos estamos encantados de estudiar el proyecto.
Sí, ya que como hemos explicado anteriormente, el estándar passivhaus tiene su adaptación a los casos de rehabilitación, Enerphit, lo que permite aplicar el mismo sistema, y mediante unos requisitos algo más accesibles, conseguir un piso de consumo casi nulo.
En Beamonte y Vallejo Arquitectos en Zaragoza, como estudio de arquitectura eficiente ya hemos trabajado en proyectos de este tipo. Ya que somos conscientes de que hay mucho parque construido de viviendas dentro de bloques edificatorios, y dentro de las limitaciones constructivas evidentes, creemos que todo piso o vivienda es susceptible de mejorar energéticamente. Disminuyendo su demanda energética y su consumo y dependencia energética.
Es evidente que por ejemplo en la envolvente no podremos trabajar el aislamiento por el exterior. Por lo que nos vemos obligados a trabajar desde el interior, mediante una cámara de aislamiento térmico y acústico (en paredes, suelo y techo) y además realizando la capa hermética. Ahí la importancia radica en la precisión en la ejecución y en el énfasis en los puentes térmicos, existentes y más evidentes y difíciles de solucionar.
Resuelta la envolvente con el cambio de carpinterías por unas de alta eficiencia. Y resolviendo encuentros con la envolvente mediante premarco, cintas… nos centraremos en las instalaciones, cerrando la salida de extracción de humos de la campana por ser un punto de muchas pérdidas. Y sustituyendo el sistema por una campana de alta eficiencia de plasma. Además colocaremos un recuperador de calor. También conectaremos la solución a un sistema de aerotermia para la producción de ACS y calefacción (por aire, suelo radiante o radiadores de baja temperatura, dependiendo condicionantes del piso, que siempre son mucha determinantes por estar la vivienda ya construida que en una casa pasiva de nueva planta).
En ocasiones hemos planteado sistemas mixtos de recuperador de calor con una caldera de gas por estar ya la instalación o la propia caldera y por economía de costes e inversión. Y es que en rehabilitación los requisitos son más laxos pero es que los condicionantes y hándicaps siempre son mayores. Por lo que hay que estudiar cada caso como único, y consensuar con el cliente, dentro del abanico extenso de soluciones posibles, las que mejor se adaptan a esa vivienda.
Los estándares passivhaus están pensados para lograr la eficiencia energética sea cual sea el clima. En primera instancia, una vivienda passivhaus en Valencia puede parecer menos rentable que contratar arquitectos passivhaus en Madrid ya que las temperaturas son mucho más moderadas, pero esta siempre será buena inversión en términos de ahorro y sostenibilidad.
Proyectos realizados de Casas Pasivas
Casa Paradiso2022-11-18T13:47:05+01:00
Casa de los dos patios2022-03-28T18:02:41+02:00
Casa a doble altura2022-03-28T18:04:48+02:00